Un juez sentenció a un chofer de una pipa en Querétaro a cinco años de cárcel, quien atropelló deliberadamente a unos perritos llamados Max y Julio, que jugaban en vía pública, además de determinar una multa una multa de 10 mil pesos por los actos cometidos.
En la audiencia de juicio se determinó que el hombre no pisará la cárcel a pesar de haber sido declarado culpable. Mónica Huerta, abogada de las familias de los perros, calificó como “una burla” la sentencia del juez que había reconocido que el responsable había actuado con alevosía.
Esta sentencia está por debajo de la pena mínima que el acusado debería de obtener por los delitos de los que se le encontró culpable.
La pena es de hasta seis años de prisión y una multa mínima de 44 mil pesos a quien agreda o maltrate a un animal en el estado de Querétaro, según lo establecido en el Código Penal y en el Código Ambiental de la entidad.
Lo que se buscaba es que siguiera en el estado sentando precedente cuando se dictó sentencia en el caso de Athos y Tango—dos perros rescatistas de la Cruz Roja quienes fueron envenenados en junio de 2021—cuya juez determinó una multa de más de 500 mil pesos y 10 años de prisión.
“El juez hablaba de moralmente reprochable, de los indefensos perritos que había matado y después de haber matado a un animal de esa forma, que lo que seguía era que matara a un humano (…) hizo unas cuentas que no son congruentes con la pena y le aplicó cinco años de prisión que van a ser conmutables con una fianza de 10 mil pesos”.
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