A una semana del ataque al bar Los Cantaritos, en Querétaro, que dejó 10 muertos y 13 heridos, pero sobre todo que marcó una huella de in seguridad del estado y miedo en los habitantes.
La vida nocturna y social ha continuado con una fuerza resiliente de los queretanos que, incluso, salieron en masa para aprovechar el denominado Buen Fin.
Varias plazas, restaurantes, parques y museos, se mantuvieron abarrotados durante este fin de semana largo, no obstante, los bares presentaron una disminución del 15 al 20 por ciento en la afluencia, sobre todo los que se encuentran lejos del centro de la histórica capital de Querétaro.
Las autoridades estatales y municipales luchan por recuperar lo que llaman la “burbuja” de seguridad, que se había mantenido como bandera en el estado, para presumir que era una de las entidades con menos incidentes de violencia o presencia del crimen organizado.
La Policía Estatal han montado una serie de operativos para evitar el paso de la delincuencia proveniente de Guanajuato, Hidalgo o Jalisco, además clausuró más de 20 bares que no contaban con la licencia.
“Diversas denuncias han derivado ya en diversas clausuras en diferentes bares y lugares de entretenimiento… estamos también como ustedes lo han visto instalando puntos de revisión vehicular, retenes en diferentes puntos de la ciudad que están sirviendo para detectar cualquier actividad sospechosa, vehículos que pudieran tener reporte de robo, placas foráneas, vehículos sin placas, entre muchos otros”, explicó Felipe Fernando Macías, alcalde de Querétaro.
El gobernador Mauricio Kuri, echó la bolita a la “guerra descarnada” entre bandas criminales en Guanajuato, pero aseguró que no permitirá que esto vuelva a ocurrir, “y la única forma que no podemos permitir que suceda es que no haya impunidad”.
“Estamos con mucho acompañamiento de la Guardia Nacional, del Ejército, con la Secretaría de Seguridad Ciudadana… aquellos (delincuentes) vienen aquí a descansar, hacer lo que ustedes me digan y vienen aquí a matarlos”, argumentó.
Habitantes de la capital queretana y familiares de las víctimas no es suficiente lo que han realizado las autoridades, pues la masacre en Los Cantaritos fue el cuarto hecho de violencia en un mes.
Organizaciones, activistas y académicos, acompañados por algunos familiares de las víctimas, marcharon desde la Alameda Hidalgo hasta Los Cantaritos, que continúa resguardado por la policía municipal.
“Todo el mundo, la ciudad, hemos pasado por una montaña rusa emocional, pasamos del shock inicial el sábado por la noche, hace 7 días, porque no creíamos que esto iba a pasar en Querétaro y pasó la burbuja del ´Querétaro no pasa nada´ se despedazó“, gritó con megáfono en mano Walter López, director del Frente Queretano contra la Discriminación, mientras caminaba por las calles para exigir justicia y seguridad.
El contingente marchó en silencio ante miradas de extrañeza y asombro de algunos queretanos que pocas veces habían observado una marcha pidiendo seguridad.
Al llegar frente a Los Cantaritos, colocaron veladoras, fotografías y flores para recordar a las 10 víctimas. La ex rectora de la Universidad Autónoma de Querétaro, Teresa García, pronunció un discurso sobre el hecho “insólito que cimbró” al estado.
“Un abrazo solidario para las familias de Fátima, Berenice, Angie, Rodrigo, Jesús, Alberto, Arturo, Giovanni, Carlos, Diego y Fernando y a otras víctimas anónimas de la violencia criminal.
“Consideramos que ninguna persona debe ser asesinada en nuestro país por lo que existe exigimos justicia para ellas y ellos y procesar a los perpetradores de esta masacre, desde este lugar y esta marcha lanzamos la exigencia de que cese la impunidad, ya que solo con autoridades no omisas y que cumplan con su mandato constitucional de proteger a la ciudadanía es que podremos poner un dique a masacres como esta y aquí vale hacer esta pregunta: ¿se hubiera evitado esta masacre si las autoridades no hubieran liberado a una de las víctimas, presunta implicada en hechos delictivos?”, reclamó.
El estado presenta las mayores tasas de violencia doméstica y de género, “el número de feminicidios se ha incrementado, hay incontables personas desaparecidas y hoy vemos que cada vez hay más enfrentamientos entre el crimen organizado en donde la ciudadanía queda en medio… es necesario aceptar la nueva realidad de nuestra cotidianidad y actuar en consecuencia”, subrayó.
En la manifestación participaron las familias de Carlos Gómez y de Angélica Ascencio, quienes, entre llantos, recordaron a sus seres queridos.
“Angie confiaba mucho en Querétaro, me decía mamá trae a mi hermanita aquí a estudiar porque en Querétaro la gente es muy bonita, es cultural, es arte, la gente es bella, es educada… este miércoles fue que la sepultamos allá, sí la verdad fue muy bonito porque se la entregué a nuestro creador”, comentó Georgina, madre de Angélica, quien viajó desde Tabasco para marchar.
La plaza de armas y otros espacios del centro se mantuvieron con música, baile y aunque algunos reconocen que hay nerviosismo, consideran que no se puede detener la vida económica ni social del estado.
“Está canijo verdad, ya hay muchas matazones… todavía la gente ha de estar triste por ahí, pensativa y con miedo, ya no puede salir por ahí a disfrutar un rato con los amigos a un bar, eso no pasaba en Querétaro, pero pues ya de Celaya se pasaron para acá o no sé de dónde”, opinó Juan Raúl Guerrero, comerciante del centro.
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