Cualquier local o turista en la ciudad de Los Ángeles podrá, entre la marea de marcas comerciales y negocios, encontrarse con un Gallos Café, fundado y operado por los dueños de Club Querétaro. O en Miami, pasar a comprar a una tienda oficial del mismo equipo. Más adelante, la idea es que algo similar suceda en lugares más lejanos como Dubái o Tokio.
El objetivo para los nuevos propietarios del Club Querétaro, quienes compraron el equipo en julio y ven potencial, no solamente en su nueva adquisición, sino en todo el futbol mexicano. El grupo estadounidense, liderado por Marc Spiegel, piensa aprovechar no solamente a la audiencia de 40 millones de mexicoamericanos en Estados Unidos, sino el mercado global de futbol para avanzar la marca del club.
La idea de que Gallos Blancos de Querétaro sea un representante más del futbol mexicano a nivel mundial es ambiciosa, y evidentemente para los dueños, no solamente vendrá de la mano del marketing, sino del éxito sobre la cancha. Para Spiegel, es clave competir por un título – lo que sería el primero en la historia del club – lo más pronto posible para levantar el perfil del equipo queretano.
Mientras tanto, José Escamilla se encargará de que ese potencial éxito se aproveche al máximo. Escamilla se unió al club como el Chief Business Officer (CBO) tras 16 años de trabajar en la NBA, donde llegó a ser Vicepresidente y Director de Desarrollo de Negocios a nivel México y Latinoamérica.
Para Escamilla, las áreas de oportunidad que existen en el futbol mexicano permitirán un crecimiento del perfil de equipos como Querétaro, que prácticamente en toda su historia ha sido un equipo con perfil local o regional. Salvo momentos muy específicos, como la contratación de Ronaldinho en 2014, ha sido difícil señalar cuando los Gallos Blancos han pasado a recibir atención más allá de las fronteras de México.
“La idea es que podamos -obviamente paso a paso- hacer de Querétaro una institución modelo,” dijo Escamilla en entrevista para ESPN. “Que sea muy exitoso en el plano deportivo, que sea muy exitoso en el plano de negocio, que sea un ejemplo a nivel nacional, pero que también tenga primero esa aspiración y después esos resultados fuera de nuestras fronteras”, continuó.
El compromiso de Escamilla empieza a nivel local, con la promesa de hacer de los partidos en el Estadio de La Corregidora una experiencia que sirva para atraer a personas que tradicionalmente no gustan del futbol. Al crear un vínculo con una afición que de por sí ya se caracteriza por ser leal, la idea es que un boleto para ver a los Gallos Blancos sea cotizado, independientemente de como le esté yendo al equipo.
“Querétaro siempre ha sido una institución muy vinculada con la ciudad y con la comunidad, eso va a seguir y se va a reforzar, eso es una piedra angular del proyecto”, dijo Escamilla.
Hay que tener ese vínculo para pasar 75 años con múltiples mudanzas, desapariciones del club mismo y claro, descensos. Al menos ese último tema ya no será factor a corto plazo, ya que la Liga MX ha puesto en pausa esta modalidad desde el 2020. Hoy en día, existe una queja por parte de los equipos en Liga de Expansión afectados por esto, que se resuelve ante el TAS a partir de septiembre.
Ante la oportunidad de al fin crear un proyecto estable en Querétaro, Escamilla y Spiegel ponen sus ojos en el gran objetivo: el primer campeonato de liga para el club, el mismo que permitirá pasar de palabras a hechos y, potencialmente, facilitar un trabajo centrado en expandir la marca del equipo más allá de las fronteras mexicanas.
Spiegel, oriundo de Louisville, Kentucky, se enamoró del futbol de joven. Previo a comprar el equipo de los Gallos Blancos, había sido abonado durante años del Atlanta United, ya que reside en la ciudad del sureste de los Estados Unidos desde hace tiempo. Su primera experiencia con el futbol mexicano fue un partido en el que Atlanta enfrentó al Club América, y se maravilló con la gran cantidad de aficionados mexicanos en el estadio.
Es claro que, con 40 millones de mexicoamericanos en el país, el potencial para expandir el negocio del futbol mexicano existe en el país vecino. Pero Querétaro ve más allá de los habituales aficionados en Estados Unidos, y piensa que, en un futuro, el equipo no sea conocido solamente ahí, sino a nivel global.
“Cuando hablo de trascender la frontera, pensamos en eventualmente tener un Querétaro Café o Gallos Café en Los Ángeles,” dijo Escamilla. “Y el Gallos Café no es nada más un título o un nombre que se franquicia, se trata de una experiencia para que la gente vaya y viva un poco qué es Gallos”, continuó.
Escamilla apunta al “círculo virtuoso” que significa conseguir éxito en la cancha para conseguir éxito en todos los demás rubros del club. Para lograrlo, el equipo se enfoca en diferentes factores para atraer talento, y metodologías que, según ellos, son únicas o poco antes vistas en el futbol mexicano.
“Hoy el grupo está trabajando con un sistema de análisis de datos que se utiliza mucho más frecuente en mercados como la Premier League o la Bundesliga”, dijo Escamilla. “Si está probado y así hallaba el mundo ¿por qué no hacerlo así?” continuó.
A un mes de haberse instalado como la nueva administración de uno de los clubes más históricos, pero menos exitosos de la historia del futbol mexicano, el objetivo avanza día a día, con la directiva nueva poniendo los cimientos para lo que llegará, a decir de ellos, en los próximos años.
“No es mi área, pero estoy cerca evidentemente de esas tomas de decisiones y conozco la visión y definitivamente la intención es poner a Querétaro en el top de la Liga en el corto plazo”, finalizó Escamilla.
Así, el sueño de pasear por las grandes urbes del mundo y encontrarse con un Gallos Café se siente más cercano que nunca.
You must be logged in to post a comment Login